Los investigadores reúnen pruebas y testimonios que comprueben si el hecho ha ocurrido o no, de qué manera ha ocurrido, si el culpable es quien se cree o no, etc. Pero la realidad es que lo más importante es reconocer quién está mintiendo o quién dice la verdad. Pero ¿Cómo saberlo? Pues bien, existen algunas técnicas, que posiblemente conozcamos a través de algunos detectives famosos que las han aplicado para revelar la verdad de sus casos. Aquí os dejamos un resumen sobre cuáles son esas técnicas para detectar mentiras en una investigación.
Trabajo en manos de profesionales
Contar con la intervención de profesionales como psicólogos, psiquiatras, psicopedagogos, especialistas en comunicación, entre otros, resulta fundamental para evaluar en detalle el comportamiento de la persona investigada. Por ejemplo, durante una interrogación o confesión, la lectura que realizan estos profesionales será mucho más profunda y ayudará a visualizar gestos verbales o no verbales que puedan ocasionar dudas respecto de dicha declaración.
También existen especialistas en interrogación dentro del cuerpo policial. Estos profesionales tienen las herramientas adquiridas para indagar al acusado de manera tal que éste se vea expuesto y obligado a confesar. Por ejemplo, realizando preguntas inesperadas, distrayendo al interrogado para que no pueda calcular sus respuestas, apelando a las emociones fuertes, manteniendo contacto visual directo a modo de presión, etc.
Dos técnicas para detectar mentiras
Entrevista de análisis de conducta
En el pasado, para detectar si el interrogado decía o no la verdad, se apelaba al “cómo” lo decía, es decir, observando sus gestos, su modo de expresión, sus movimientos, etc. Sin embargo, en la actualidad se está poniendo el foco en “qué” es lo que dice. De esto último nace la técnica de análisis de conducta, que consiste en una sesión de preguntas y respuestas que no buscan acusar a la persona sino provocar que ésta muestre síntomas de verdad o engaño. Esto es, evaluar al sujeto cuando habla sobre temas no relacionados a la investigación y luego comparar ese comportamiento con el que adoptará al ser interrogado sobre la causa de la que forma parte. Esta técnica sólo se utiliza cuando se sospecha que el acusado está mintiendo.
Empleo estratégico de la evidencia
A diferencia del anterior, este enfoque busca obtener contradicciones dentro del relato, o bien confirmar la verdad. El investigador utilizará las pruebas que tiene en su poder indagando al acusado, sin hacerle saber que cuenta con esa evidencia. De esta manera podrá comprobar si está mintiendo o no. Es una técnica más lenta y requiere un desarrollo más extenso junto con una implicación más profunda del personal.
Lo cierto es que al día de hoy, no existen garantías al respecto. Conocer si alguien dice la verdad o está mintiendo resulta muy complejo, incluso para profesionales y expertos. Por esta razón, en ocasiones la incorporación de detectives privados que realicen un seguimiento de los sospechosos resulta muy útil para la investigación, dado que pueden aportar pruebas o evidencias físicas sobre los implicados que complementen las técnicas para detectar mentiras y en conjunto determinen la veracidad de las declaraciones.
