Esta es la quinta y última parte del artículo de las técnicas de interrogación.
9. Mister Big o «la Técnica canadiense»
Mr. Big también se conoce como «la Técnica Canadiense» porque fue desarrollada por la Real Policía de Canadá en la década de 1990. La táctica requiere mucho tiempo y solo se usa como último recurso para los sospechosos que no cooperan en absoluto y que la policía sabe que son culpables.
La policía encuentra dónde pasa el tiempo el sospechoso que no coopera. Un oficial encubierto se hace su amigo y, después de varias visitas, le pregunta si está interesado en algunos “trabajos” de la “organización” del oficial. El sospechoso, que suele ser una persona de carácter turbio, dice que sí. Los trabajos comienzan como tareas más pequeñas, como recuperar vehículos de personas que le deben a la organización, pero pronto involucran robos y otros delitos. Durante ese tiempo, el oficial encubierto conversará con el sospechoso hasta que este último revele detalles del crimen que se investiga.
El oficial encubierto le presenta al sospechoso al jefe de la organización varios meses después. El jefe, por supuesto, es otro oficial encubierto. El primer oficial encubierto revisa los detalles del crimen que había obtenido anteriormente del sospechoso y obliga al sospechoso a confesarle al jefe. El sospechoso generalmente se negará a hablar, pero el jefe insistirá en conocer los detalles del crimen porque quiere saber todo sobre su nuevo hombre y no quiere sorpresas. El jefe despide al sospechoso si todavía se niega a hablar y no le da más trabajo. Normalmente suelen confesar, ya que no sospechan que sea una trampa.
10. Poli bueno y poli malo
Y para terminar, la última es la célebre técnica del «poli bueno y poli malo». Originalmente era parte de la Técnica Reid, pero actualmente se usa como una táctica independiente. Como el nombre ya sugiere, un policía finge ser el «malo», mientras que el otro es el «bueno».
El policía malo interroga primero al sospechoso. Se comporta como un descarado, grosero y muy arrogante. Intimida al sospechoso, insiste en que es culpable y lo insta a confesar. Algunos sospechosos se asustan en este punto y confiesan.
El policía bueno entra cuando el sospechoso no confiesa. Reprende al policía malo por sus tácticas agresivas de interrogatorio y se hace cargo del interrogatorio. Asegura al sospechoso recibir un castigo más leve o incluso un indulto si confiesa el crimen. El objetivo es que el sospechoso se calme y sea más probable que le confiese al policía más amable.